Antecedentes
La Primera expedición auxiliadora al Alto Perú terminó con la derrota de las armas revolucionarias en la Batalla de Huaqui, el 20 de junio de 1811, con muchos corolarios dificultosos tanto en la política de Buenos Aires cuanto en la guerra que se libraba contra los realistas.
Las nuevas autoridades designaron al general Manuel Belgrano como nuevo jefe del Ejército del Norte, quien comenzó la Segunda expedición auxiliadora al Alto Perú y ordenó el repliegue de las tropas y de la población toda desde Jujuy hasta Tucumán en el denominado Éxodo Jujeño.
A tal fin, encomendó a su segundo, el mayor general Eustoquio Díaz Vélez hacerse cargo de la retaguardia del éxodo. Para cumplir con este objetivo Díaz Vélez creó un regimiento de granaderos de caballería, compuesto mayoritariamente por gauchos jujeños voluntarios pero también puneños y tarijeños. Lo llamó "Los Patriotas Decididos". Muchos de estos gauchos colaboraron proveyendo al regimiento de Díaz Vélez de caballos, armas y enseres.
Las fuerzas españolas, a las órdenes del brigadier general Pío Tristán acosaban permanantemente a las columnas posteriores del éxodo. Si bien primeramente los patriotas fueron superados en la batalla de Cobos, el 26 de agosto de 1812, rápidamente las tropas de Díaz Vélez y sus gauchos vencieron a los realistas en la batalla de Las Piedras, el 3 de septiembre de 1812.
El éxito conseguido fue una de las causas que motivó a Belgrano a hacerse fuerte en Tucumán, en franca desobediencia al Superior Gobierno, y presentar pelea. La batalla de Tucumán, librada el 24 de septiembre de 1812, fue el mayor triunfo de las armas de los revolucionarios rioplatenses, de inesperadas consecuencias, que abrió nuevamente el camino para avanzar sobre el Alto Perú.
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